En este post, mostramos unas reflexiones sobre nuestra visión de cómo debe ser la nueva formación en liderazgo y habilidades:
Personalizada
Cada organización es “un mundo” con sus peculiaridades, sus dinámicas, sus necesidades, problemas, etc. Por lo que las acciones de formación de los directivos en las organizaciones, deben adaptarse a las necesidades generales de este universo y a las específicas de cada individuo.
Planificada
Orientada a unos objetivos claramente identificados y alineados a las necesidades del negocio. Calculando el ritmo, las dosis, el calendario y los formatos mas adecuados para cada caso.
Provocadora
Que nos invite a reflexionar sobre nuestra actuación, a conocernos mejor, a reconocer nuestras fortalezas y áreas de mejora.
Dosificada
Las exigencias del ritmo de vida actual, no nos permiten disponer de un espacio de tiempo amplio y aislado. Además, aprendemos más y mejor de forma regular y progresiva. Por lo que es necesario dosificar los imputs de formación en pequeñas dosis que nos vayan calando poco a poco, y en la medida que nos lo permita nuestra agenda.
Variada
Con diferentes acciones e imputs a realizar, de forma que mantengan el interés y se trabajen diferentes aspectos de cada competencia desde distintas perspectivas.
Orientada a la aplicación
Que no se quede en grandes frases, buscando la forma de generar una aplicación directa en el puesto, trabajando sobre experiencias, casos cercanos, y otras alternativas próximas a la realidad del directivo.